Si bien la medida gubernamental concluyó antes de tiempo, el comercio exterior de Perú sigue en incertidumbre
Finalmente, el toque de queda decretado en la capital de Perú, Lima y la vecina ciudad portuaria de Callao, quedó sin efecto siete horas antes de las 11.59 del 5 de abril, hora en que debía culminar. LA reversión se debió a las masivas protestas que se desataron en la capital en la misma jornada, a pesar de la orden de inamovilidad. Ante la presión, el propio Presidente, Pedro Castillo, anunció la suspensión de esta medida, impuesta como reacción al paro de transportistas en protesta desde el 28 de marzo por el alza de los precios del combustible a nivel nacional.
Durante una reunión con los líderes políticos en el Congreso, Castillo dio por sentado “el derecho que tienen los peruanos y los ciudadanos en manifestarse”. Sin embargo, expresó que “eso no significa que, aprovechando una movilización o un derecho constitucional, nosotros como Estado avalemos algunas actitudes”, en referencia al bloqueo de carreteras que han paralizado el comercio exterior y hechos de violencia como atentar contra la propiedad privada, las instituciones públicas.
El comercio exterior peruano durante 2022 ya ha sufrido el impacto de las alzas de las tarifas del transporte marítimo que alcanzaron su máximo en diez años. Ahora, de extenderse el paro de diversos gremios transportistas vería agravar su situación.
Alberto Ego-Aguirre, presidente del Gremio de Asuntos Portuarios y Aduaneros de la Cámara de Comercio de Lima (CCL), indicó a Gestión que Callao, el principal puerto de Perú, sólo movilizó el 50% de la carga habitual debido al toque de queda.
Según explicó, las líneas navieras al no contar con carga que llegue puntualmente a los puertos, simplemente se marcha a otros más rentables. “Entonces el agroexportador deberá ir a Guayaquil (Ecuador), por ejemplo, para hacer el envío si es que logra alcanzar la nave”. En ese sentido, expresó la inquietud en cuanto a que los países vecinos podrían sacar ventaja competitiva de continuar el clima de incertidumbre en Perú.
Por su parte, Comex Perú, en un comunicado publicado el 5 de abril apuntó que se están realizando todos los esfuerzos para asegurar la producción y abastecimientos de alimentos, funcionamiento de farmacias, supermercados, transporte aéreo y operación de puertos en Lima y Callao, a la vez que invocó al Gobierno de actuar de manera responsable y técnica.
En cuanto a las medidas para culminar con el paro de transportistas el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) de Perú ha indicado que ha logrado reducir las demandas de los gremios de transporte y dos de ellas le competen al Congreso para darle solución, se trata de la condonación de multas y los peajes. Respecto a la primera debe ser aprobada por ley, según indicó, el ministro Nicolás Bustamante ante el Parlamento.
En cuanto a los peajes, el ministro señaló que le compete a las facultades del Congreso formar una mesa de trabajo para reformar la Constitución en el art. 60 del capítulo económico, por cuanto el Estado no puede revisar los contratos.
El lunes 4 de abril y frente al incremento del precio internacional de los combustibles y el diésel, el MTC anunció se decidió que la gasolina de 84 octanos baje de US$5,02 a US$3,95 y la gasolina de 90 octanos de US$5,11 a US$4,19. Además, el fin de semana pasado, anunció la exoneración del Impuesto Selectivo al Consumo (ICS).